La temporada de los Houston Texans ha sido hasta ahora una que ha tenido de todo un poco, y el domingo en Nueva York lamentablemente al equipo le tocó vivir su peor partido de la temporada.
La derrota ante los Jets de Nueva York (30-6) no solamente complicó las aspiraciones de los Toros a los playoffs también vapuleó al equipo con lesiones.
La severidad de las lesiones que se sufrieron podrían ser determinantes, especialmente la del mariscal novato CJ Stroud, quien salió del partido por una contusión después de haber sido tackleado violentamente en la bolsa de protección.
El takleo del jugador de los Jets fue muy cuestionable, en la repetición se observa que el defensivo llega tarde a golpear a CJ y además lo azota contra la cancha. No hubo castigo.
En el partido también salieron lastimados el receptor Nico Collins y el linebacker Blake Cashman. Tres piezas fundamentales del equipo que si no se recuperan podrían ser determinantes.
Hasta ahora el coach de los Texans, DeMeco Ryans, ha demostrado ser uno de los mejores de la NFL, al grado de que se ha metido a la conversación para ser el Entrenador del Año y en este cierre de temporada va tener que encontrar las soluciones para que su equipo cierre fuerte.
La NFL no perdona, domingo a domingo presenta un reto, y a los Texans les ha presentado uno muy duro. Aquí es donde Ryans y su equipo tendrán que demostrar una vez más que pueden navegar en aguas turbulentas.
Es cierto que el partido ante los Jets parecía ser uno de los más ganables del calendario, pero en esta liga todo puede suceder y Houston fue sorprendido por un Zach Wilson, que tuvo el mejor partido de su carrera.
La mentalidad de ir partido a partido es hoy más importante que nunca, porque los Toros siguen en la pelea para meterse a la postemporada. Afortunadamente algunos resultados del domingo mantienen abiertas las posibilidades de ganar la división o quedarse con un boleto vía la ruta del Wild Card.
Nada se gana fácil en la NFL y eso es lo que tiene que quedar muy claro luego de la derrota en la Manzana Grande. Los Texans han demostrado a lo largo de toda la temporada que tienen lucha pero ahora que todo se complica van a tener que dar algo extra si quieren cumplir el objetivo de llegar a la fiesta grande.